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Los terrier tipo bull

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Dentro del grupo de los molosos y perros de presa, la familia de los terrier tipo bull tiene por derecho propio un lugar destacado. Casi todo el mundo, incluso el lego en la materia, ha oído hablar alguna vez de la fortaleza y tenacidad legendarias del pit bull - exageradas en el imaginario popular hasta el paroxismo- o es capaz de reconocer la peculiar silueta de un bull terrier inglés. Y es que razas como las que acabo de citar, junto al american staffordshire terrier y al staffordshire bull terrier, son casi ubicuas, habituales de cualquier certamen canino que se precie, imagen de campañas publicitarias y centro de polémicas en la prensa sensacionalista.

En los años 30 el pit bull "Pete the Pup"- hijo del mítico "Earl´s Tudor Black Jack"- aparecía en la serie televisiva "La pandilla"

En este artículo pretendo hacer un recorrido general desde el origen de la estirpe hasta el momento en que surgen razas diferenciadas y perfectamente estandarizadas, deteniéndome con especial atención en la fase de desarrollo de cada uno de los grupos.

Orígenes:

Los terriers tipo bull son, en esencia, el producto del mestizaje entre molosos y terriers; esa es la verdad fundamental, avalada por todas las fuentes históricas y aceptada por la casi totalidad de expertos, a excepción de algún que otro excéntrico de los que hablaremos más adelante, que a día de hoy no han sido capaces de argumentar con datos nada de lo que dicen.

El segundo punto que hay que tener claro es que el origen geográfico de este conjunto de razas es originariamente Gran Bretaña, más tarde algunos de los miembros de la familia se terminaron de consolidar en EE.UU. y otros incluso acabaron en lugares tan exóticos como la India – recordemos a los bull terrier tipo Hinks exportados a las colonias británicas del Punjab. Pero el punto de partida inicial fue en todos los casos el mismo: Inglaterra, Escocia e Irlanda.

Aportación genética de perros molosos:

Los perros tipo "alaunt" eran comunes en las islas británicas ya en el Medievo, se ha escrito y teorizado mucho acerca de su llegada desde Europa continental y tiempo habrá en este blog de abordar ese tema, por el momento nos quedamos con la hipótesis que yo suscribo acerca de la íntima relación entre pueblos de estirpe indoeuropea y molosos. Con lo cual parece bastante probable que los primeros canes de ese tipo llegasen con los celtas que hacia el siglo V a.C. , es posible también que los romanos al conquistar Britania dejasen allí sus propios perros ( siglo I ) y que sobre este acervo o “pool” genético se superpusiese una vez más lo aportado por las sucesivas invasiones que sufrieron las islas por parte de pueblos germanos – anglos, sajones y jutos – y escandinavos – daneses y normandos; en definitiva, todos pueblos indoeuropeos de tradición guerrera y con perros poderosos.

En cualquier caso, hacia finales de la baja Edad Media , ya casi en Alta Edad Moderna, tenemos noticias que indican que de ese grupo de molosos tantas veces mitificado, los "alaunt" , han surgido ya tipos raciales o morfológicos – no hablo de razas, porque no existía la cría selectiva ni el concepto de estándar- bastante diferenciados. Uno es el de los perros estilo mastiff – la imagen que todos tenemos de un moloso tipo dogo de gran envergadura, con una estructura ósea muy poderosa y empleado en labores de guarda- y otro el de canes afines al "bandogge" – no confundir con lo que hoy se entiende por bandog – que es claramente un perro de presa empleado en tareas variadas como la persecución de cazadores furtivos en los bosques del rey, caza mayor y auxiliar de los carniceros. Esto, naturalmente, no es más que una simplificación hecha por los estudiosos , tomando como referencia los pocos términos recogidos en manuscritos, tratados de montería y textos diversos de la época ; en las sociedades medievales, y por extensión en casi todas las anteriores a la revolución industrial, no hay un criterio unificado ni tan siquiera para ponerse de acuerdo en las unidades de peso y medida – algo cotidiano en las labores comerciales- entre lugares que distan unas pocas leguas, con lo cual que nadie piense que en la Inglaterra de los siglos XIV, XV o XVI todo el mundo se refería al mismo tipo de animal cuando citaba el término bandogge. Además tenemos el problema de la inexistencia de cría estandarizada, con lo cual la falta de uniformidad racial sería una constante lógica, provocando, por poner un ejemplo, que en determinadas zonas geográficas los molosos de presa fuesen claramente braquicéfalos y de mordida prognática, y en el condado vecino de tipo mesocéfalo y con mordedura en tijera.

Este cuadro de George Coll que representa a los primeros mastiffs nos da idea de la falta de uniformidad racial en etapas anteriores a la estadarización.

Lo que si se tiene claro es que ya hay testimonios del siglo XIII acerca de ciertos espectáculos populares, que enfrentan a un tipo de moloso ya más ligero contra un toro. Me refiero, por supesto, a la ya clásica referencia al conde de Stamford, William Earl Warren, que en 1209 divertido al presenciar como un grupo de carniceros azuzaban a sus perros contra un par de toros fugados, decidió donar el prado donde había tenido lugar tal lance a la Unión de Carniceros para que cada año comprasen un toro bravo con la idea de repetir este “juego” sangriento. La historia nos puede haber llegado más o menos deformada, pero nos da una idea del origen de este tipo de tradiciones, que por otro lado estaban extendidas por toda Europa y que en España desembocarían en la tauromaquia – no olvidemos los grabados de Goya que reflejan la “suerte de perros” dentro de la lidia.

De este modo actividades como el “bull baiting” y el “bear baiting”- aquí el perro se enfrenta a un oso- ya eran algo absolutamente extendido en tiempos de la reina Ana I Estuardo (1665-1714), existiendo en la ciudad de Londres una zona específica llamada “Hockley-in-the-Hole” , muy cerca de la actual calle Farringdon, en la zona centro, donde semanalmente se ofrecían este tipo de espectáculos. Mientras, en las pequeñas poblaciones alejadas de la capital, como Stamford y Tutbury , se continuaba con estas tradiciones medievales con una periodicidad anual.

                                                     Dibujo que representa al típico bulldog del siglo XIX

Los juegos consistían básicamente en atar a un toro o un oso- se llegaron a utilizar leones y leopardos- a una pieza de hierro firmemente fijada al suelo a través de una cadena de unos 9 metros de longitud – 30 pies- y que entonces los perros se abalanzasen sobre el animal y lograsen inmovilizarlo. Para darle más intensidad al enfrentamiento era común irritar las mucosas nasales del toro con pimienta. Existían otras variedades de lucha en las que un perro en solitario se enfrentaba a la res y trataba de sujetarla y derribarla mordiendo exclusivamente en los ollares.

Y es en este caldo de cultivo de peleas de toda condición, donde se va fijando como tipo racial el antiguo bulldog inglés, que a tenor de los grabados de la época tenía un aspecto similar al de razas como el bulldog americano actual y algunos mestizos de pit bull o american staffordshire terrier. Era por tanto una evolución de los molosos medievales estilo dogo, que a lo largo de la Edad Moderna y con toda probabilidad a través de tipos intermedios como el bandogge, había ido evolucionando hasta reducir su talla, adquiriendo así mayor funcionalidad.
              Pintura que representa a los clásicos perros que participaban en espectáculos de "bullbaiting"

Hacia finales del siglo XVIII y principios del XIX se llevan a cabo mestizajes de estos "old bulldog" con terriers, buscando así aumentar el fondo físico y la combatividad, cualidades muy útiles en las peleas de perros que cada vez se hacían más populares. En1802 un proyecto de ley para la supresión del “bullbaiting” llega a la Cámara de los Comunes británica, pero es paralizado por 13 votos, no obstante, en 1835 el Parlamento aprueba finalmente una ley relativa a la crueldad contra los animales en la que se prohíbe de forma expresa la práctica del “bullbaiting”, “bearbating” y similares. Esto provoca que nuevos “entretenimientos” menos espectaculares y costosos, y que por tanto podían pasar más desapercibidos y burlar así la nueva ley, como las peleas de estos primitivos “bull and terriers” o las competiciones de caza de ratas ( "ratbaiting" ) , se consoliden y comiencen a extenderse por todas las zonas urbanas. Eran actividades clandestinas, pero causaban menor alarma social que los espectáculos con toros y osos, de modo que las autoridades hacían la vista gorda.

Aportación genética de perros tipo terrier:

Antes de nada, debemos de tener claro que los terrier en el contexto del siglo XIX no eran más que otra gran familia de perros, un tipo racial o un grupo morfológico, como se le quiere llamar, pero jamás un conjunto de razas, porque como ya he repetido varias veces en este blog: sin estándares y selección zootécnica no se puede hablar de razas. Los llamados terriers no eran sino perros “terreros”, esto es, canes alimañeros, especializados en la caza dentro de huras y bregados durante generaciones en la lucha constante contra tejones, nutrias, ratas etc. Esto determina un tipo físico muy específico, son por tanto ejemplares de reducido tamaño, fibrosos, con buena dentadura y sobre todo muy corajudos, animales bravos acostumbrados a enfrentarse en inferioridad de condiciones a enemigos terribles- imaginemos por un momento a un tejón europeo de 10 o 12 kilos, atrincherado en su madriguera, esperando a que un terrier asome la cabeza…

De modo que no tenemos que pensar en los actuales west highland white terrier, scotish o yorkshire, hemos de fijarnos en razas como los fell, patterdale, jag, manchester o jack russell terrier, para hacernos una idea del tipo de animales que contribuyeron con sus genes a la conformación de toda una nueva casta. Lo más importante de la herencia terrier en el tipo de perro mestizo que estaba naciendo fue el llamado “game” o "gameness" , un término que cualquier aficionado al pit bull maneja habitualmente- a menudo sin entenderlo muy bien- y que en resumidas cuentas hace referencia al instinto de pelea natural, a la extraordinaria combatividad que - siguiendo el ejemplo de unas líneas más arriba – llevaba a un pequeño perro a meterse de cabeza en la madriguera de un tejón enfurecido, dispuesto a vender cara su vida, y que en esas circunstancias jamás cejase en su empeño por hacer presa en el objetivo, para terminar sacándolo fuera de la hura. Ese es el verdadero origen de la “finura” – término que se emplea tradicionalmente en los países de lengua castellana para referirse al “game” y que deriva del mundo de las peleas de gallos- que posteriormente, modelado en los reñideros durante decenios, se hizo algo indisociable de los terrier tipo bull – al menos en teoría, porque ya iremos viendo que la evolución y desarrollo de los diferentes representantes de esta amplia familia fue dispar.

De izquierda a derecha: patterdale terrier, jack russell terrier y manchester terrier, tres razas actuales que ejemplifican a la perfección el tipo de perros terreros que se emplearon en los mestizajes con el "old bulldog"

Ciñéndonos a los acontecimientos históricos podemos establecer con seguridad aportes de terriers blancos y terriers negro y fuego, estos últimos antecesores del actual terrier de manchester. Pero más allá de eso no hay nada claro, porque los primeros cruces fueron arbitrarios y cuando se planteó una cría más selectiva ya fue sobre ejemplares mestizos.


Nace la familia terrier tipo bull:


Hacia 1850 nos encontramos con estos mestizos de antiguo bulldog y terrier que ya se han consolidado como una nueva tipología racial; se hacen cada vez más populares y se los empieza a conocer con nombres variados: “pit dog”, “staffordshire fighting dogs” , “bull and terrier”, “bull terrier”, “half and half”, “ blue paul “ (en principio una variedad escocesa caracterizada por un color gris azulado), “yankee terrier” y “pit bull dog” (en EE.UU.) , “bull dog terrier” o simplemente “bull dog” – todavía hoy en día en el mundo anglosajón mucha gente se refiere a los american pit bull terriers con este nombre olvidándose de la herencia terrier.

                                            "Bull and terrier" primitivo producto de los primeros cruces

Son animales que rara vez superan los 12 kilos de peso y destinados a la llamada lucha en el hoyo (el “pit”) ; el grado de especialización es tal que empiezan a surgir líneas de sangre con modos particulares de pelear: algunos atacan frontalmente, otros poseen un grandísimo fondo físico, los hay que se lanzan a morder las patas, etc.

Y en este punto es donde se da la primera gran división dentro de la familia de los terrier tipo bull, al separarse la línea americana de la europea.

Terriers tipo bull en Estados Unidos:


1º) American pit bull terrier y american staffordshire terrier:

Con al emigración de trabajadores procedentes de Gran Bretaña e Irlanda a Estados Unidos, llegaron también sus perros, en las ciudades de la costa este del país comienzan a proliferar fosos donde estos recién llegados “juegan” a los canes y el dinero de las apuestas pasa de mano en mano. La entrada de los “bull and terriers” del Viejo Continente se produce en dos fases, en la primera (desde el siglo XVIII hasta 1861) destaca principalmente un ejemplar llamado “Spring” que fue importado en 1857 por un tal McCaffrey y que marcó toda una época. Sin embargo la guerra civil norteamericana (1861-65) acabó con casi todos los linajes y hubo que esperar a la posterior oleada de inmigrantes para que los “bull and terriers” se asentaran definitivamente en el territorio de EE.UU.

     Cartel de la I Guerra Mundial en el cual vemos representado a Estados Unidos por un terier tipo bull

Obviamente, en ese periodo sigue sin existir una selección racial vinculada al aspecto o a la adecuación a un estándar, porque lo único que importa es la combatividad de los ejemplares y su capacidad para ganar peleas, y así de paso engordar la cartera de sus dueños. Los enfrentamientos se hacen por categorías de pesos y parece iniciarse entonces un progresivo aumento en el tamaño medio de los ejemplares con respecto al tronco británico; la razón está en la mejora de las condiciones económicas en el nuevo país de acogida, que permitía alimentar mejor a los animales, y probablemente en la relajación de las leyes locales que no sancionaban en modo alguno estas actividades, con lo cual no era necesario esconder a los perros y la mayor corpulencia dejaba de ser un handicap para aquellos que hasta ahora se habían movido en la clandestinidad.

Después de la Guerra de Secesión es cuando llegan a tierras americanas algunos de los perros más famosos como Pilot o Paddy, importados por “Cockney” Charles Lloyd, un inglés originario del "East End" londinense que obtenía sus perros en la zona de Walsall, una pequeña localidad del llamado “Black Country” , el área más industrial en la Inglaterra del XIX y vivero de “bull and terriers” de calidad.

Décadas más tarde aparecerían los perros del irlandés John P. Colby, línea que sentaría las bases de lo que luego sería el american pit bull; a esta se le unen muchas otras sangres procedentes de la vieja Irlanda como Corcoran, Gas House, Lightner o Noonan, junto a otras estrictamente británicas del tipo de Tudor, Corvino o Farmer.
                                                          Pincher, un conocido perro de línea Colby
A finales del XIX toda esta casta de perros gladiadores goza de una salud y un desarrollo envidiables en tierras americanas, y es entonces cuando Chauncy Bennet decide formar el UKC (United Kennel Club) con el objetivo de llevar un registro legal de los “pit dogs”, ya que los clubs cinófilos de reciente creación no reconocían a estos como raza. Al parecer fue idea de Bennet denominar a estos perros como american bull terrier, pues el término “pit” tenía connotaciones negativas. No obstante años después la misma UKC retomaría la denominación completa.

American pit bull contemporáneo de líneas 100% seleccionadas por y para las peleas ; el tipo físico, contrariamente a lo que muchos piensan, es mucho más ligero y fibrado que el de un perro de exposición

En 1909 sería la ADBA ( American Dog Breeders Asociation) la que iniciaría su andadura con un libro de orígenes específico; el creador de esta nueva asociación fue Guy McCord, un irlandés de Chicago, y John P. Colby, íntimo amigo del anterior, el segundo de a bordo y a la postre máximo impulsor del proyecto.

                                                             Pit bull común

En este punto podemos decir que los terrier tipo bull comienzan a ser una raza, o al menos dan los primeros pasos en ese sentido, ya que los criadores empiezan a plantearse cuestiones más allá de la funcionalidad en un ring de pelea. Existen registros de nacimientos, pedigríes y algunos se plantean cuestiones relativas al fenotipo, al aspecto físico que estos canes han de tener.

1936 es la fecha clave en el desarrollo de los “bull and terrier” norteamericanos, ya que en ese momento un grupo importante de criadores del UKC, descontentos por no poder competir en pruebas de belleza y conformación física aceptan un ofrecimiento del AKC (American Kennel Club) para obtener un reconocimiento oficial de su raza. El problema que se plantea es que los criadores ingleses ya habían registrado bastantes años atrás perros de una raza denominada “ bull terrier” (el tipo Hinks) , que era el nombre con el cual se identificaban realmente los criadores del UKC, y para colmo una denominación alternativa como “staffordshire bull terrier” también había sido reconocida en Inglaterra tan solo un año antes, con lo cual finalmente debieron optar por el nombre “american staffordshire terrier”. El topónimo “Staffordshire” que tan extraño le puede resultar a algunos aficionados, deriva el condado homónimo, el cual estaba enclavado en el ya citado “Black Country” británico , zona minera e industrial por antonomasia de la cual habían salido multitud de perros tipo “bull terrier” ; de hecho alguna de las denominaciones no oficiales para referirse a toda esta casta incluía ese término y desde luego, tras descartar expresiones como “bull terrier” o “bull and terrier”, era preferible ésa a otras que hacían referencia a su condición de perro de pelea.


  Sobre estas líneas dos impresionantes fotografías con ejemplares de american staffordshire terrier

Aquí es donde se produce una nueva división importante dentro del grupo. A partir de este momento los perros del registro UKC que habían pasado a ser reconocidos por el AKC – parece un galimatías, lo sé…- inician una andadura en solitario para no volver a cruzarse jamás con las líneas de sangre de asociaciones como la ADBA ; son, tal y como ya hemos dicho, los american staffordshire terrier (AST o AMST). Esta nueva raza está, en principio, totalmente alejada de los rings de pelea y es tratada como un perro más de exposición, con estándar claramente definido que determina proporciones, colores, tamaño etc.

Mientras tanto la ADBA, y el UKC – lo que queda de él tras el nacimiento del american staffordshire terrier- siguen su andadura con el concepto de perro conocido en todo el mundo como american pit bull terrier. Poseen también estándares – diferentes entre sí- pero está claro que lo que más peso tiene en sus procesos de selección es la funcionalidad. Con el correr del tiempo será la ADBA la que se lleve todos los honores al ser internacionalmente reconocida como la máxima autoridad en todo lo relacionado con el american pit bull terrier (APBT) , mientras que la UKC pasa a ser la perdedora y a quedarse en una extraña posición equidistante, ya que en sus libros de orígenes continua sin reconocer por mucho tiempo la diferencia entre APBT y AMST .

2º) Otras razas y tipos afines de la rama americana:

A) Boston Terrier:

Existen muchas otras historias interesantes relativas a la familia bull terrier americana, que son desconocidas en gran medida por el gran público, por ejemplo, pocos saben que el boston terrier procede de los llamados “bull terrier de cabeza redonda”, los “pit dogs” más cercanos a los primeros ejemplares británicos que llegaron a Nueva Inglaterra con las primeras oleadas de trabajadores industriales. Se cita a un perro llamado “ Hooper´s Judge”, un “bull and terrier” de 14 kilos de peso, que fue comprado por Robert C. Cooper en 1860, y que al ser cruzado con otra perra de parecidas características, “Gyp”, dio origen a toda una línea que culminó con el nacimiento de Barnard´s Tom, el ejemplar al que todos consideran como el primer paso en el camino hacia lo que luego sería el boston terrier.

                                                                Boston terrier
Esta sucesión de cruzas entre mestizos de bull dog y terrier en la ciudad de Boston nos lleva hasta 1870, fecha en la que se presenta públicamente este nuevo tipo racial al que se denomina simplemente “bull terrier de cabeza redonda” o “american terrier”. En 1891 se crea el club oficial y este solicita al AKC ser admitido bajo la denominación de “American Bullterrier Club”; en 1893 el cinófilo y escritor James Watson considera que es conveniente un cambio de nombre que aleje a la raza en ciernes del estigma de las peleas y se adopta el de Boston Terrier Club, siendo así admitidos y reconocidos oficialmente por el AKC.


B) Tipos afines y diversas razas con influencia “bull and terrier”:

La huella de estos perros la podemos rastrear en muchas otras razas y tipos morfológicos, de este modo parece bastante claro que el bulldog americano – descendiente de los primeros old bull dogs ingleses llegados al continente a finales del XVII y principios del XVIII- puntualmente pudo recibir aportes de sangre de la nueva casta de mestizos, máxime si tenemos en cuenta que la inmigración británica e irlandesa se produjo en varias oleadas que se fueron superponiendo, alternando zonas rurales y urbanas como lugar de destino. Y lo que por supuesto está fuera de toda duda es la utilización muy reciente de APBT y AST para diversos proyectos de recreación y recuperación de “old bulldog”.

           Ejemplar de american bulldog con un fenotipo que muestra una clara influencia "bull and terrier" 


Perros como el catahoula leopard dog también han sido mestizados en diverso grado, tanto para reforzar sus cualidades como animales de presa, como para crear nuevos tipos intermedios – de hecho últimamente han surgido APBT color merlé que atestiguan estos cruces.

                                                  Mestizo de pit bull y catahoula leopard dog
                                Pit bull color merlé que indica cierto grado de mestizaje con catahoula leopard dog


Y por supuesto no podemos olvidarnos de los “bandog” en todas sus formas y combinaciones, una tipología canina que en su origen viene a ser un mestizo de APBT con algún tipo de gran moloso como el mastín napolitano, el mastín inglés o el bullmastiff. Aunque en los últimos años este tipo de combinaciones se han ido complicando más y más, hasta el punto de añadir tres y cuatro razas distintas, en detrimento de la aportación terrier tipo bull.

                                                   Ejemplares de bandog

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