Entrevista a Víctor Aycart Parte I
viernes, 21 de octubre de 2011
Entrevista a Víctor Aycart (primera parte); introducción crítica al mundo del “pit bull game” y las peleas
Entrevista a Victor Aycart Segunda Parte.
En
este artículo transcribo la primera parte de una entrevista aparecida
en el número de Abril-Mayo de 1999 de la publicación “The American
Gamedog Times”. En ella Víctor Aycart, responsable de Southern Kennels, nos cuenta sus inicios, experiencias y trayectoria en el mundo del pit bull.
Sería
un hipócrita si me limitase a presentar el texto y obviara que el
universo pit bull en el que se movió Víctor Aycart desde sus inicios, en
su Ecuador natal, hasta el triunfo y la fama internacionales que le
reportó su mejor ejemplar, Gr Ch Southern´s Kennels May Day ROM , fue
el de las peleas de perros. Probablemente ya sea la enésima vez que en
este blog condeno todo lo relacionado con este asunto, pero no me
importa volver a hacerlo, y además en esta ocasión me voy a extender un
poco más, dando algunas explicaciones al respecto.
Fuera
de los libros y revistas cinófilas que leí con fruición en mi niñez, no
recuerdo haber visto los primeros american staffordshire terrier de
carne y hueso hasta principios de los 90; un lustro más tarde llegaron
los pit bull, y un año después tuve la oportunidad, por una serie de
azares del destino, de estar frente a un pit bull 100% game, Ch. ( es
decir, con tres peleas profesionales ganadas) y con una ficha propia en
la célebre web: http://www.apbt.online-pedigrees.com/
Probablemente
yo sólo había visto unos tres o cuatro pit bulls hasta esa fecha, y se
trataba de lo que cualquier perrero vinculado al mundo “game”
denominaría como “perros cur”, es decir, sin un árbol genealógico
reconocido vinculado a las peleas profesionales; y por tanto más cercano
a un american staffordshire de concurso de belleza que a un apbt. En
esa época yo tenía la idea del perro de ring que tiene el público en
general, esto es : un animal extraordinariamente musculado, con un
cuello y un torso desmesurados, de en torno a 35 o 40 kilos, luciendo
las orejas cortadas y con un tipo de agresividad incontrolable. Pero lo
que encontré en aquellos caniles destrozó por completo todos mis
esquemas preconcebidos; porque lo que yo tenía ante mí eran un par de animales pequeños, creo que recordar que uno pesaba 18 kilos y el otro 21, con
las orejas completas, una increíble definición muscular – se podía
intuir todo un amasijo fibras y ligamentos bajo aquella piel garabateada
de cicatrices- y un aire extraño de perro mestizo- de hecho, recuerdo
haber pensado que aquellos ejemplares tenían el aspecto de ser cruces de
pit bull con lo que vulgarmente se conoce como perro ratonero.
Pero
lo que más me impresionó de aquellos animales fue su prestancia, la
forma en que se estiraban y desperezaban atados a una larga cadena, el
modo en que, por así decirlo, ocupaban el espacio y se mostraban ante el
mundo. Su mirada tranquila, la sensación de extraordinario poder
contenido que transmitían, era realmente sorprendente. La comparación
con el típico apbt común, de los que se empezaban a ver por mi ciudad,
era del todo imposible. De hecho, en aquellos caniles, aparte de algunos
presas canarios, tenían también ejemplares de pit bulls comunes, y de
este modo pude, no ya ver, sino experimentar de una forma absolutamente
empírica e inaprehensible, la diferencia mayúscula en cuanto a la
sensación de aplomo y seguridad que me sugerían en cada uno de sus
movimientos aquellos “pequeños perros de pelea”, con respecto a lo que
uno veía en los apbt más pesados, que tenían un despliegue gestual mucho
más exagerado, parecido al de cualquier gran perro moloso que basa su
dominancia en la vana seguridad del tamaño.
Sobre estas líneas dos ejemplos perfectos de apbt 100% game, con un físico muy alejado del clásico pit bull convencional que se puede ver paseando por cualquier parque público |
Ese
descubrimiento- casi lo definiría como revelación- motivó que el apbt
100% game pasase a ser desde entonces una de mis razas favoritas; y he
de reconocer que, pese a que siempre condené y desprecié el nivel más
bajo de las peleas callejeras, donde se baten perros de cualquier raza
de presa, mantuve durante cuatro o cinco años una visión romántica y
totalmente equivocada acerca de los “match” profesionales.
Por
otro lado, dejo claro y diáfano, que jamás he participado, ni como
espectador ni como parte interesada, en una pelea de perros o en
cualquier tipo de actividad que entrañe sufrimiento animal- es más,
incluso en el asunto de la caza mayor o menor, sólo me interesan los
perros, y siempre he rehusado asistir a cuantas cacerías he sido
invitado.
Pero
es totalmente cierto que, al igual que le ha ocurrido a muchos otros
aficionados al apbt, la lectura de todas esas crónicas y reportes de
peleas legendarias, causaron una honda impresión en mí; y por un tiempo
llegué a justificar la barbarie que supone enfrentar a dos perros en un
ring por el mero placer de ver satisfecha la parte más primitiva, brutal
y obscena – supongo que también instintiva y vital- que, de un modo u
otro, todos los humanos llevamos dentro.
La
imagen del peleador profesional como émulo contemporáneo de Cockney
”Charles Lloyd o de John P. Colby, atrae a muchos aficionados sin mala
intención que creen verse transportados a un “revival” de cartón piedra de la Inglaterra Victoriana,
donde caballeros honorables apuestan en libras esterlinas por la
bravura de sus perros. Pero nada más lejos de la realidad, tras toda la
épica barata que envuelve a estos duelos sólo hay un nivel
de inmoralidad y sufrimiento animal intolerables; que si bien puede ser entendido en el contexto de sociedades decimonónicas, hoy en día carece por completo de sentido.
Otro
asunto es el reconocimiento justo a la fenomenal casta de animales que
la selección artificial y el devenir histórico han modelado, y el
consiguiente reto que se nos plantea en la actualidad a la hora de
preservar ciertas características sobresalientes de esos animales. No es
un tema baladí, porque resulta a todas luces paradójico admirar a un
animal que ha sido creado por y para la lucha a muerte en un ring, y al
mismo tiempo detestar esta actividad. La solución a este nudo gordiano
no parece fácil, y con seguridad el apbt game, tal y como lo conocemos,
desaparecerá cuando lo hagan las peleas; pero de eso hablaremos otro
día…
Entrevista a Víctor Aycart aparecida en "The American Gamedog Times " Abril-Mayo de 1999:
1- ¿Cuándo y cómo comenzaste con los perros?
Bueno,
amigo mío, esa es una larga historia, cuando yo era un niño como de
diez, once, doce años ya me gustaban las peleas de perros y con un par
de amigos en mi ciudad Guayaquil (Ecuador) intentábamos siempre ver
quién era el rey allí, así que casi todas las noches hacíamos una ronda
en nuestras bicicletas con nuestros perros y veíamos si podíamos
encontrar alguna pelea para ellos.
Por supuesto allí había pointers,
pastores alemanes, collies, boxers, dobermans y también perros de
ninguna raza reconocida, mestizos; y algunos de ellos parecían buenos.
Recuerdo haber visto una pelea de 35 minutos entre los dos mejores
perros de mi ciudad; uno era un mestizo, a su madre la encontraron en
una de nuestras playas en Ecuador y estaba en celo con muchos perros
detrás de ella, el otro tenía aspecto de perro de caza.
De
cualquier manera lo que estoy tratando de explicarte es que yo era un
fanático de las peleas de perros incluso cuando era un niño. Después de
eso, no hice nada más relacionado con las peleas hasta los 21 años.
Entonces encontré a un caballero Inglés, Mr Stanley Moss, que tenía dos
staffordshire importados de Inglaterra: Baron y Sussy. Cuando ví a
aquellos dos perros, comprendí que representaban exactamente lo que
había estado buscando durante años en un perro.
Eran compactos, fuertes,
eléctricos y auténticas máquinas de lucha. Por supuesto hay que decir
que no habían luchado más que contra perros de la calle en Salinas
(playa de Ecuador). En cuanto tuvieron cachorros, inmediatamente compré
dos de ellos, un macho al que llamé “killer” y una hembra de nombre
“Bonnie”. Competí con aquellos dos pequeños perros; y
acabaron con toda clase de razas: pastores alemanes, dobermans etc...
Yo era el número uno de las peleas de perros en mi ciudad je je je, eso
era lo que quería, tener a los mejores. Estaba muy féliz. Disfruté de
ellos por un tiempo, pero luego tuve mucho trabajo, los tenía en casa de
mis padres y los sacaba a caminar algunas veces, la cosa era así, se
empezaron a poner viejos y entonces luego ya sólo los paseaba una vez a
la semana.
Cuando
tenia alrededor de 27 años cayó en mis manos un libro escrito por
Richard Stratton dónde pude ver una foto grande de “Going Light Barney”,
un perro que, supuestamente, había resultado ganador en muchísimas
peleas. El autor escribía grandes cosas sobre él y sus batallas, y eso
me abrió los ojos... Dije
¡ Uauh! , aquello eran peleas oficiales. Existía gente que practicaba
peleas profesionales de perros, con reglas, pesos etc... Desde ese
momento estuve ansioso con el tema de los Pit bull. Después me suscribí a
un magazine llamado "The Gazette" (ADBA) e importé algunos Pit Bull a
Ecuador procedentes de concursos de belleza y conformación. Eran de las
líneas de sangre del gran Going Light Barney; después de eso empezamos a
competir en Ecuador.
Pero
en pocos meses descubrimos que no había nada de GAME en ellos, todos
los perros se paraban a los 15, 20 o como máximo 30 minutos, estábamos
muy frustrados.
Después
en 1985 cuando yo tenía 30 años me mudé a Miami con mi familia por
asuntos de negocios y comencé una nueva vida allí. A través de la
revista The Gazette(ADBA) conocí a una persona que tenía buenos perros
Eli Jr procedentes de la línea de sangre de Gr. Ch. Nigerino. Este amigo
vivía en Sacramento y yo en Miami. De cualquier manera, nosotros
tuvimos una buena relación de amistad y llegamos a ser propietarios
conjuntos de una muy buena perra llamada “Perry & Aycart´s Miss
Pachman”, con la que también criamos cachorros.
Este
mismo amigo me introdujo en el SDJ (Sporting Dogs Journal), que fue mi
gran ventana a los perros, allí pude ver muy buenos ejemplares y líneas
de sangre. Por primera vez en mi vida yo vi verdaderos “Champions” (3
combates profesionales ganados) y “Grand Champions” (cinco combates) como
Havana Boy’s Ch. Maggie(ROM) y Havana Boy’s Gr.Ch.Rodney ( medio
hermano de mi May Day), Havana Boys’ Ch. Budweiser , etc...
Inmediatamente después eso, a través de la revista entré en contacto con
la gente local vinculada a los perros y ya me introduje de lleno en el
auténtico mundo de pit bull de Estados Unidos.
2-¿ Como empezó Southern Kennels y quiénes son los miembros? Por otra parte ¿quién te ayudó en el “juego”?
Después de haber invertido mucho dinero en perros de diferentes líneas de sangre, como pesados Bullyson / Jr. Eli, Pure Red Boy, Red Boy / Jocko, eSnooty y Jeep. Probé
todas las líneas más importantes del mercado, pero no obtuve buenos
resultados. Tuve muchas peleas, pero demasiadas pérdidas !?!?!? Así que
pensé que si tenía cien buenos perros al mismo tiempo, ¿por qué no
podíamos conseguir el éxito? Yo estaba originalmente asociado con Havana
Tito, pronto me di cuenta de que este hombre no iría a ningún lado con
los perros.
Entonces me asocié con los Latin Boys, el jefe era Oscar,
mucho mejor que Havana Tito, por supuesto. Él acondicionaba bien a los
perros y le gustaba el deporte,
pero definitivamente algo no iba bien. Compramos buenos perros y el
tipo trabajó muy duro en la preparación de los animales, pero
lo que realmente hizo que me apartase de los Latin Boys fue que
nosostros mismos contribuimos a crear un “Grand Champion” , ¿sabes cómo?
Je je je…, bueno, perdimos 5 combates, uno detrás de otro, y yo estaba
muy frustrado.
Demasiados buenos perros, demasiado tiempo y dinero invertido, y no pudimos obtener ningún éxito, sólo
pérdidas y pérdidas. Oscar era un buen típo, pero no lo suficiente para
ganar. Después de esta lista de mlñas experiencias me puise a mirar a
mi alrededor y a buscar. ¿ Quien ganaba siempre las peleas? Di con el
ranking de Extermination Kennnels, que había ganado 5 de 5 combates,
justo lo contrario del record de Latin Boys, lo cual me hizo pensar. Así
que empecé a estudiar quien era el jefe allí y quién era realmente el
responsable del éxito del kennel. Y descubrí que eran dos socios, Bert y
Danny. Danny era el responsable principal. Tenían algún tipo de
desacuerdo, y después de años de trabajar juntos se separaron. En ese
momento yo estaba preparando a campeona Pretty Girl para su primer
encuentro y acudí a Capitán D – Danny:- para pedirle ayuda.
El ya no
tenía socio así que pensé que em ayudaría en el programa de
acondicionamiento de la perra. Tenía
demasiados buenos perros, casi 200 al mismo tiempo, y todo lo que
necesitaba era un buen preparador ; alguien serio, profesional y
dedicado. Y ese era el famoso Capitán D, pero fue una gran sorpresa para
mí cuando éste me dijo que antes de colaborar conmigo le tenía que
pedir autorización a quien le había enseñado a él a preparar perros. Esa
persona era el Dr. Pepe, el responsable de un laboratorio. Finalmente
consiguió la autorización de su jefe, pero necesitábamos a otro más para
ayudarnos. Me habló de José y empezamos a trabajar
en Pretty Girl, lo que fue una gran experiencia para mí. Este Capitan D
era realmente un buen preparador de perros, no sólo por sus
conocimientos sobre nutrición, trabajando etc… sino por su disciplina
militar. Nunca llegaba cinco minutos tarde y jamás ponía excusas para no
venir a trabajar una noche en particular. No sólo me enseño acerca del acondicionamiento
y la buena alimentación, sino que también me mostró como tomarse el
asunto de los perros enserio. Siempre lo recordaré diciendo que cada día
se pone un poquito más en el perro, un poquito más, un
poquito más, y al final del programa de entrenamiento todos esos
“poquitos” diarios harán una GRAN diferencia en la “caja”, en el ring de
pelea. Eso demostró
ser cierto.
Él estaba siempre allí a la hora. Demostró ser un profesor
estricto, difícil y duro a veces, y con un fuerte carácter; pero ese fue
el camino que me mostró. Aprendía lo que tenía que hacer para ser un
perrero de éxito. Siempre le estaré agradecido al Capitán D. Todo
el mundo tiene cosas buenas y malas que contar del Capitán D, tengo que
recordarlo como el hombre que fue, un gran apoyo para Southern Kennels,
que en el futuro marcará la diferencia. Espero que tengamos mucho éxito
con sus lecciones.
Trabajamos juntos: el Capitán D, José y yo mismo, pero luego el huracán Andrew destruyó nuestra granja y la “Humane Society” ( es la asociación pro defensa de los animales más poderosa de EE.UU. ) vino
a vernos… Después de eso mantuve una terrible batalla legal con ellos
durantes dos años. Y pese a que gané, el Capitán D no quiso volver a
acondicionar a ningún otro perro en su vida. Quizás regrese algún día, y
si eso ocurre, una gran competición volverá a todo el área de Florida.
Siempre será un apoyo positivo para el “deporte”.
Después
de eso José todavía trabajó conmigo durante algún tiempo; él estaba
allí cuando empecé con Mayday, Dragon Lady, Madonna y Choice, pero unos
meses después lo dejó. Después de eso encontré a mi buen amigo Angel,
que fue una clave importante para el éxito futuro que nos aguardaba.
Mi amigo Angel era un
experto en nutrición. Él me mostró lo que el capitán D no hizo. Recuerdo
haber dicho antes que era una persona difícil. Todo lo que él no me
enseñó, me lo mostró Ángel. En ese momento, con toda esa valiosa
información, Mayday y sus hermanas empezaron a ganar en las
competiciones por la vía rápida. 50% es el perro y el 50% es su
propietario. Y puedo decirlo porque lo confirmé con mis propias
experiencias.
Tras eso estuve solo
durante años. Trabajé mis perros con el apoyo técnico de mi buen amigo
Ángel. Más tarde desarrollamos una relación de amistad más estrecha. Y
después conocí a Pepe , el profesor de Capitan D, que fue también un muy
buen amigo que me dio buenos consejos.
Durante el cuarto combate
de Mayday, Champion Buddah le rompió la pata delantera derecha; mi
veterinario dijo que nunca podría volver a ser entrenado. A los pocos
días de trabajo en su acondicionamiento sus huesos le harían sentir
muchísimo dolor. Durante mis dos últimos años en los EE.UU. tuve el
privilegio de conocer a un buen amigo, Cuban Missing Link, que realmente
apoyó a Southern Kennels. Me dijo que Mayday sería preparado una vez más. Yo
le dije, “No, eso es imposible ". Y él me dijo que estaba loco si
permitía que el perro se quedase sentado siendo 4 veces campeón sin
intentar hacer de él un Grand Champion con 5 victorias.
Esto ya era un año
después de su último combate; y el perro sólo podía caminar sobre tres
patas. Me comentó que lo pondríamos en un programa de pre-entreno y si a
pesar de todas sus limitaciones el perro era capaz de soportarlo, lo
encaminaríamos hacia su quinto campeonato.
Missing Link me dijo de
antemano que iba a conseguir que Mayday pareciese dos años más joven,
supuestamente nadie sería capaz de reconocer que pierna había sido la
fracturada. Yo me reí y le dije que estaba loco, no obstante, empezamos
con el programa.
El primer día, cuando lo
sacamos a las 5:00 am, no podía caminar derecho. Era un perro de tres
patas, no cabía duda. Pero eso era sólo porque yo no lo había vuelto a
pasear después de la lesión; después nos dimos cuenta de que la pierna
estaba perfecta.Lo hizo muy bien durante
sus entrenamientos. Tengo que reconocer que si no fuera por mi buen
amigo Cuban Missing Link , Mayday nunca habría ganado su quinto combate.
Su programa de acondicionamiento era nuevo para mí.
Esto realmente supuso la
guinda del pastel a toda mi experiencia como preparador de perros. Por
supuesto, siempre con el valioso apoyo de mi amigo Angel, que fue a
todos lados con nuestros perros, y a Razorback´s J.C. Hoy, Southern
Kennels soy solamente yo, pero todavía mantengo una fuerte relación con
Angel, missing Link y J.C. Incluso desde tan lejos donde vivo ahora.
Trabajamos juntos “jugando” a los perros y apoyándonos los unos a los
otros de diferentes maneras. Fue verdaderamente una experiencia
formidable. Y creo que
yo también tengo algo de mérito. Fue muchísimo trabajo y montones de
malas experiencias, pero ese es el precio que hay que pagar para obtener
el éxito.
3-¿Cuáles son las cualidades que buscas en un semental o en una hembra reproductora?
Para
criar es muy importante el seleccionar las líneas de sangre muy bien
antes de iniciar el proceso. Tenemos que tener claro en nuestra mente el
hecho de que el pedigree, o los papeles, no hacen a los campeones, pero
un perro bueno, “game” y ganador hace que su propio pedigrí parezca
algo grande. Sólo quería puntualizar este aspecto.
Cuando
hablamos de Sementales y hembras reproductoras, estamos hablando sobre
el futuro y de muchos años invertidos en comida, espacio, tiempo y
dinero. Así que tenemos que
llevar a cabo una muy, muy estricta selección antes de decidirnos a
criar con un determinado ejemplar, ya sea perro o perra. Este paso te
puede llevar a la cima o hundirte, así que es una decisión
importantísima.
Las cualidades que busco en un perro o una perra son las siguientes:
1-
Gameness (en castellano “finura” o “bravura” , instinto de lucha que
toros de lidia, gallos y perros de pelea tienen y que sobrepasa al de
supervivencia.)
2- Resistencia.
3-
“Stamina”( término difícil de traducir, viene a ser una combinación de
resistencia, energía, vigor, ímpetu etc , en castellano podría encajar
con la expresión “tener nervio”)
4- Habilidad para la lucha.
5-Inteligencia.
6-Boca.
Estas
son las cualidades de un buen perro de pelea y creo que tenemos que
criar con pit ganadores para producir a su vez más pit ganadores. Ningún
perro puede ser utilizado para la reproducción antes de que hayas
probado muy bien su “game” (finura). Como consecuencia de cualquier
clase de endogamia (cruces de animales relacionados por parentesco) el
perro resultante puede perder habilidad, boca, aire o inteligencia. Pero
lo que nunca podemos perder es “game” (bravura) ; no me importa lo
bueno que pueda ser un perro criando, si no es “game” no permitiré que
monté a mis perras.
Por otro lado, quizás puedes tener una perra con
carga genética muy endogámica, producto de un cruce de hermano X hermana
, o algo por el estilo; pues bien, si la perra no es peleona, puedes
intentar cruzarla con un perro de pelea contrastado y luego esperar a
ver que produce. Yo soy capaz de criar con cualquier perra mansa, si
viene de una línea fuertemente endogámica, pero, eso sí, el
macho ha de ser necesariamente un gran perro de pelea, un ganador ; mi
opinión personal es que si tú crías con ganadores tienes una mejor
oportunidad de producir campeones.
(CONTINUARÁ)